El calendario
bíblico y el calendario hebreo
Prólogo
La palabra “calendario” deriva de las palabras
latinas “calendae” y “calendarium”.
El “calendarium” era un libro que compendiaba los
eventos astronómicos, agrarios y religiosos de cada mes, indicando el número de
sus días, la duración de día y noche, las diversas festividades y la
constelación surcada por el Sol.
La palabra “calendae” que deriva del verbo latino “calare”, procede del griego καλεῖν: kalein, que significa “llamar” o “convocar”. Este nombre responde a que
en el primer día del mes (llamado calendae), se convocaba al pueblo a que
participase en los varios juegos y festividades que en él se celebraban. Esta
convocatoria o calenda era una costumbre exclusivamente romana, no griega, por
esto aún hoy, ante la lenta y dificultosa solución de un asunto complicado, se
emplea el dicho romano que remanda el resultado final “ad calenda
graecas”, o “a las calendas griegas”, que es como decir
“nunca”.
El calendario astronómico proporciona la
medición de unidades temporales fundamentales, basándose en la observación del
Sol y de la Luna, y también de algunas estrellas,
como estableció el Creador mismo cuando dijo: “Aparezcan luminarias a través de la expansión celeste para
separar el día y la noche, y como señal en las estaciones, los días y los
años”. Génesis
1:14
Existen y existieron diferentes tipos de
calendarios; el calendario lunar basado en el ciclo sinódico de la Luna, el calendario solar
basado en el ciclo trópico del Sol, y el calendario llamado lunisolar, que
integra y sincroniza ambos ciclos.
Ciclo sinódico o de la Luna
El ciclo sinódico comprende el período
empleado por la rotación de la
Luna en torno al planeta, hasta que nuevamente alcanza su
alineación con el Sol y la
Tierra; este período puede definirse como el tiempo que
transcurre tras un novilunio y el sucesivo. El ciclo completo se divide en
cuatro fases y cada una comprende prácticamente una semana, realmente, cerca de
7,38265 días. Estas cuatro fases
exactamente comprenden los 29,5305888531 días del mes lunar, e
integran el ciclo completo de la rotación sinódica.
(Sinódico: del
latín synodicum y del griego Συνοδικός:
synodikos, significa reunión o conjunción).
Ciclo trópico o del
Sol
El ciclo trópico o año solar, comprende
el período que transcurre entre dos tránsitos sucesivos del Sol sobre el Zenit
de un mismo trópico (Ver anexo), o sea, entre dos solsticios o dos
equinoccios de un mismo nombre, el período que corresponde a una rotación de
la Tierra en
torno al Sol.
La duración del año trópico no es
constante porque el movimiento de precesión de los equinoccios, semejante al
movimiento de una peonza, origina una variación en la orientación del eje de
rotación de la
Tierra, desplazando el punto cero gradualmente. Por este motivo
se ha establecido un año trópico
medio, igual a 365,24218967
días, o sea: 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,98
segundos.
(Trópico: del
griego τροπικός:
tropikόs, que significa
rotación)
a)
El año solar no
corresponde a un número preciso de meses lunares; este hecho da lugar a
distintos calendarios para los ciclos solar y lunar. Algunos calendarios que se
basan en el ciclo trópico o solar son: el antiguo calendario egipcio, el
calendario juliano y el actual calendario gregoriano, que se emplea en la mayor
parte del mundo.
b)
El calendario lunar siempre inicia el mes con el día del novilunio o luna
nueva. Dos calendarios basados en el ciclo sinódico son: el calendario de
la Biblia y el
actual calendario islámico.
c)
El calendario lunisolar sincroniza el solar y el lunar, alternando años
de 12 meses y años de 13 meses, de acuerdo con el ciclo llamado metónico, (en griego Μέτωνος
κύκλος). Son
calendarios lunisolares el antiguo asirio-babilonio y el antiguo hebreo, y
también el hebreo actual.
El calendario Bíblico
En el libro de Ha Shemot, llamado también del Éxodo, Yahúh Dios dice a Moisés y a
Aarón: “Este mes será para vosotros el principal de
los meses, el primero de los meses del año” (Éxodo 12:2); por esto, el calendario
bíblico es aquel que Dios entregó al pueblo de Israel.
La Mekilta, obra del
Rabbi Yisma'el Merita (2º siglo de nuestra era), recoge reglas de la
interpretación y exégesis del libro del Éxodo, en la nota sobre Exodo 12:2 dice:
“Las naciones hacen las cuentas con el Sol, pero
Israel, con la
Luna”. También el Salmo 104:19 declara: “Dios ha hecho la Luna para calcular el
tiempo”.
Los israelitas emplearon el calendario
lunar hasta su exilio babilónico, pero luego adoptaron el calendario lunisolar
derivado del que se utilizaba en Babilonia, y que hoy es oficial en el estado de
Israel.
El Calendario hebreo ( הלוח העברי,
Ha-lu'ach ha-ibri
)
El calendario hebreo es pues como se ha
dicho, un calendario lunisolar que deriva del
Asirio-babilónico.
La diferencia entre el ciclo de doce
meses del año lunar y el año solar, es aproximadamente de 10 días y 21 horas; se
hizo por tanto necesario compensar esta diferencia intercalando un mes cada dos
o tres años. Más tarde se observó que podía obtenerse una compensación bastante
precisa, al intercalar tres veces un mes, en un período de ocho años; este método originaba 87 días
de diferencia al final del ciclo.
El ciclo de 8 años llamado octaeteris,
comprende 99 lunaciones tras las que,
con diferencia de un día y medio, se efectúa la misma fase lunar en el mismo
mes del año que iniciaba el ciclo anterior. Basándose en un cálculo de la
mitad de estos ciclos, los griegos instauraron las fechas de sus juegos
cuadrienales.
En el año 433 a.C, el astrónomo ateniense
Metón diseñó un sistema de compensación más preciso, basado en un ciclo
de 19 años, entre los que por siete veces se intercalaba un mes. Su sistema
superó en exactitud al ciclo octaeteris, reduciendo las diferencias a dos
horas y cinco minutos. En realidad, que el ciclo del Sol y de la Luna coincidiese casi
exactamente cada 19 años, era ya conocido por los babilonios desde los tiempos
de Nabonassar, o sea, desde tiempos muy anteriores a
Metón.
El calendario hebreo se basa en este
ciclo metónico, que denominan גוחאדז"ט Gou’hadzat y divide los años en comunes o
peshutim, y en embolísmicos o meubbarim, a los que se añade un
decimotercer mes. Estos años son el 3º, el 6º, el 8º, el 11º, el 14º, el 17º y
el 19º del ciclo, que así tiene 12 años de 12 meses, que totalizan 144 meses, y
siete años de 13 meses, que totalizan 91 meses; o sea, 235 meses lunares que
coinciden casi exactamente con 19 años solares, porque la diferencia es solo de
6 minutos y 35 segundos al año.
En las siguientes tablas se ven las
equivalencias entre los años de los calendarios bíblico, hebreo y
asirio-babilonio.


El primer día del
año
Según el calendario hebreo, existen tres
celebraciones del primer día del año, cada cual con distinto significado. El
inicio del año tal como se considera en la cultura occidental, se identifica con
la fiesta de Rosh HaShana (ראש השנה), que cae en
el primer
día del mes de Tishrì; este primer día del año es el que
sirve de referencia para los contratos legales. La Mishnah (משנה: repetición), lo establece como base para el
cálculo de progresión de los años y por tanto, para calcular el año sabático y
el del jubileo. Ya en el libro de Levítico leemos: “El
primer día del mes séptimo será para vosotros un día de descanso, conmemorado
con el sonido del cuerno; una convocación santa”. (Levítico 23:24) Este primero de año
introduce los diez días penitenciales que preceden al Yom Kippur, en los que el pueblo hebreo
toma conciencia de su comportamiento en el año anterior, e invoca el perdón del
Señor.
Otro primer día de año cae en el
día 15 del mes de Shebhat, el Tu BiShvat (ט״ו בשבט), primer
día de año de los árboles, principalmente vinculado al año agrícola. En el
antiguo Israel, este era el momento de consignar la décima parte del producto
del año, que se repartía de acuerdo con el ciclo de siete años del calendario
hebreo. Una primera décima parte del producto total, se entregaba completa todos
los años a la tribu de Leví, y una décima parte de lo que entonces quedaba, se
asignaba según el año del ciclo; en los años 3º y 6º, se entregaba a los pobres
y en los años 1º, 2º, 4º, 5º, quedaba en posesión del productor, que debía
consumirla personalmente en Jerusalén. El año 7º era un año sabático y los
productos de la tierra no se recogían.
El tercer inicio de año caía en el 1er
día del mes de Nissan, y representaba el comienzo del año religioso;
por esto en el libro del Éxodo leemos: “Este mes será
para vosotros el principal de los meses, el primero de los meses del
año”. (Éxodo
12:2)
La
Semana
En el calendario hebreo comienza el día
al ponerse el sol, y el instante exacto de la puesta se define como el instante
en que el cielo se oscurece lo suficiente para que puedan verse tres estrellas.
(Evidentemente esta regla solo sirve si el cielo no está
cubierto)
Esta práctica se debe a las instrucciones
de la Ley
entregada a Moisés; por ejemplo, con respecto a la Pascua leemos: “Los hijos de Israel deben celebrar el Pesaj en su tiempo. Lo
celebraréis pues entre los dos
anocheceres del día catorceavo de este mes, y cumpliréis con todos sus
mandatos y requisitos”. (Números
9:2..3) Y también con respecto
al día de la expiación se le dice a Moisés: “En aquel
día no efectuaréis ningún trabajo …
será para vosotros igual que un Sábado de reposo … y guardaréis reposo
desde el anochecer del noveno día del mes, hasta el anochecer siguiente”.
(Levítico 23:28 y 32)
Estas instrucciones reflejan que el día
se iniciaba al anochecer tras la puesta del sol, y terminaba cuando al día
siguiente se ponía el sol, de modo que el día duraba desde un anochecer hasta el
siguiente.
En esta tabla se muestran los días de la
semana del calendario hebreo y su correspondencia.

Festividades
El primer día del mes de Nissan señala el
inicio de todas las festividades que según su significado, pueden ser anotadas
como sigue:
1º)
El día 14 de Nissán (inicialmente llamado Abib), se celebra la fiesta del
Pesaj
(פסח)
o Pascua, esta es la primera y la principal fiesta del calendario, es una de las
tres fiestas de peregrinaje llamadas Shalosh
regalim, (3 peregrinajes), en las que todos los habitantes de
Israel viajaban a
Jerusalén para acudir al Templo. La fiesta recordaba la liberación del pueblo de
su esclavitud a Egipto, que por medio de Moisés, Dios proporcionó a Israel.
Los siete días que seguían al Pesaj son
llamados Fiesta de los Panes no fermentados o Fiesta de los Ácimos; los días
primero y último son de reposo, por lo que resulta obligatorio abstenerse de
realizar cualquier trabajo. En Números 28:16..18 y 25 leemos: “En el día catorceavo del mes primero se celebrará el Pesaj
ante Yahúh, y en el día quince de este mes será la fiesta de los Panes Ácimos,
que se comerán durante siete días. El primer día habrá una convocatoria santa y
no realizaréis ningún trabajo de servicio ... y el día séptimo será para
vosotros una convocatoria santa, de modo que no llevaréis a cabo ninguna tarea
de servicio”.
2º)
En el mes de Siwán, cincuenta días después de la Pascua, contados desde el
sábado que viene después de los siete días de los ácimos, se celebra la fiesta
de Pentecostés, un término que procede del griego πεντηκοστῆς o pentekosté, y que significa “cincuentésimo” día. Esta
fiesta es llamada שָׁבֻעֹת,
shavuot (semanas) en hebreo, y
se refiere a las siete semanas después de los ácimos. En la Biblia, la fiesta se
relaciona a las primicias de la cosecha; las Escrituras la definen como
“la Fiesta de
la Cosecha, la
de los primeros frutos de lo que tú has sembrado y cultivado en el
campo”. (Éxodo 23:16)
3º)
El día 17 de Tammúz (שבעה עשר בתמוז, Shiv'ah Asar
b'Tammúz), es un
día de ayuno en memoria de la caída de Jerusalén.
4º)
El día 9º del mes de ‘Abh, es un día de ayuno en memoria de
la destrucción del Templo.
5º)
El día 1º del mes de Tishrí, es el primer día del año
(ראש השנה Rosh
haShana). Los
hebreos acostumbraban a festejar el primer día de todos los meses, llamado
novilunio, pero como se lee en el libro de Levítico 23:23..25, el novilunio más solemne
era el “novilunio del séptimo mes”, saludado con el sonar del cuerno y celebrado
como primer día del año civil.
6º)
El día 10º del mes de Tishrí, es el Día de las Expiaciones:
(יֹום הַכִּפֻּרִים, yóm
hakipurim). Era un día de ayuno
para purificarse; un día para humillarse y para reconciliarse con Dios. Como se
describe en Levítico 16:10 y 23:27..32, el sumo-sacerdote cargaba simbólicamente
los pecados de Israel sobre un macho cabrío, que se dejaba abandonado en el
páramo.
7º)
Entre los días 14 y 16 del mes de Tishrí, se celebra la Fiesta de las Cabañas
(סוכות,
Sukkoth) o de la
Recolección. Se festejaba el final la estación de las cosechas
agrícolas: el grano, las aceitunas, los frutales y la vendimia. Esta fiesta
recuerda la vida del pueblo de Israel en el páramo, que mientras viajaban hacia
la tierra prometida habitaban en cabañas o tiendas (Sukkoth). En esta festividad las tribus de Israel se
reunían para recordar y renovar el Pacto de Dios.
8º)
Desde el día 25 del mes de Kisléw al día 2 de Tebhéth se
celebraba la
Fiesta de la Consagración (חנכהחג,
Hanukkáh-hag), en recuerdo de la purificación y re-consagración del
Templo de Jerusalén en el tiempo de los Macabeos. Durante estos siete días se
enciende el Hanukkiyah o candelabro
de Hanukkáh.
El historiador Josefo Flavio refiere que
en el 1er siglo de nuestra era, la fiesta era también llamada “Fiesta
de las Luces”, porque se cuenta que
cuando llegó el momento de encender de nuevo el candelabro del Templo, si bien
la provisión del óleo puro ceremonial bastaba solo para un día, el óleo duró
milagrosamente ocho días. Por esto en la fiesta se usa un candelabro con nueve
brazos en lugar del acostumbrado menoráh (מנורה) de siete
brazos, descrito en Éxodo 25:31..40.
Los ocho brazos del candelabro Hanukkiyah, representan las luces de los ocho días,
mientras que el brazo central, el noveno de los brazos llamado
shammásh o servidor, sirve para encender la llama de los demás
brazos. Al anochecer del día 25 del mes
de Kisléw, se
enciende la luz del brazo central o shammásh, y con él se encienden las otras ocho luces,
cada día una. Esta fiesta que ya se celebraba en el tiempo de Jesús (Juan
10:22), también se celebra en nuestros días por los hebreos de todo el
mundo.
9º)
El 10 del mes de Tebhéth se practica el Día de Ayuno en
recuerdo del inicio del asedio babilonio de Jerusalén.
10º)
Los días 14
y 15 del mes de Adhár se celebra
la Fiesta del
Purim (פורים, suertes). El
origen de esta fiesta se relata en el Libro de Esther. El ayuno del día 14 se
alarga desde el alba hasta el ocaso y se denomina “Ayuno de Esther”, en recuerdo
del ayuno de Esther y Mardoqueo, cuando Amán, el consejero del rey Asuero
(אֲחַשְׁוֵרֹושׁ ʾăḥašwērôš, o Jerjes 1º), tramó la destrucción de
los hebreos convenciendo al rey de que era necesario eliminarlos a
todos.
11º) Todos los sábados (שַׁבָּת,
shabat: cesar o descansar). Este día de descanso se observa como recuerdo del
descanso del Creador tras los períodos o días de su acción creadora. Debia por
esto ser un día dedicado al reposo del trabajo diario y un día de alegría. La
observación del Shabat es el segundo de los mandatos de la Ley que Dios entregó a Moisés,
y dice: “Recordarás el día del Sábado para
santificarlo; trabajarás seis días y te ocuparás de cualquiera de tus tareas,
pero el día séptimo es un Sábado para tu Dios Yahúh”. (Éxodo 20:8..10)
El Shabat comienza al anochecer, con la
“ceremonia del encendido de las luces”, y termina al anochecer del día
siguiente, con el recitar del Havadalah, que es la fórmula de clausura de todas las
fiestas.
Anexo
Zenit o cénit es la intersección de la
vertical de un lugar y el hemisferio
celeste visible. Es el punto más alto en el cielo con relación al
observador, que se encuentra justo sobre su cabeza (90°). La vertical de un
lugar que corta a la esfera celeste en dos puntos.
Esta palabra deriva de de la expresión
árabe samt al-ra's (dirección de la
cabeza), donde la palabra samt es una
transliteración de la griega semeion. La transliteración al latín es obra del
matemático y astrónomo italiano Plato Tiburtinus (1116-1138), que empleó la expresión “zenith capitis” o “zenith capitum”.
El punto diametralmente opuesto al
zenit es el nadir. Zenit y nadir son los polos del horizonte.
Nadir es el punto en las antípodas del zenit, representa el Sur absoluto y la
intersección de la perpendicular al horizonte que pasa por el observador, con el
hemisferio celeste invisible. La palabra deriva de la expresión árabe nazìr al-samt, que significa “correspondiente
al zenit”, o sea, a la dirección de la cabeza.


La
palabra Trópico viene de la latina tropicus, que a su vez, procede de la
griega τροπικός:
tropikόs, que significa
rotación.
Los Trópicos son los paralelos de latitud
23°26'16" Norte y Sur, correspondientes al ángulo de inclinación
del eje terrestre con respecto a la perpendicular del plano de la órbita.
Representan la latitud máxima al norte y al sur del ecuador, a la que solo su
zenit puede llegar. Esto ocurre en ambos hemisferios en el momento de los
respectivos solsticios de verano, alrededor del día 21 de Junio en el hemisferio norte, y
del 21 de diciembre en el hemisferio sur.
