תולדות יהושוע
(Historia de Jesús)
Evangelio Hebreo de
Mateo

Esta es la fotografía
de la última página del evangelio hebreo de Mateo, el final del capítulo 28.
Este evangelio está dentro de un tratado sefardí que se conoce con el nombre de
“Even Bohan”. Fue compilado y completado alrededor del año 1385, por el médico
judío Shem Tov Ben Isaac Ben Shaprut,
en Tarazona de Aragón (España).
Aunque la obra
original se ha perdido, existen varias copias completas de sus manuscritos, que
fueron realizadas entre los siglos XV y XVIII. Una de las copias de su décimo
tercer libro, redactada en escritura sefardí semi cursiva y datada en el año
1584, se conserva hoy en la Biblioteca de la Universidad de Leiden,
e inicia en la página 413, el relato del Besorath Matahy o Buena Nueva según
Mateo.
Este
evangelio de Mateo compilado en diez y ocho páginas
manuscritas, seguramente procede de las
copias de anteriores copistas
judíos, porque si hasta la década de los 80 se consideraba como una
versión de los textos griegos o latinos, un estudio lingüístico llevado a cabo
por George Howard de la Universidad Mercer, en
Georgia (USA), puso de manifiesto que la redacción del evangelio hebreo no podía
ser una traducción.
En primer lugar, en su
texto se emplean frecuentemente ‘paronomasias’ o frases construidas con palabras
que derivan de unas raíces fonéticamente muy semejantes, aunque de significado
totalmente diferente. Esta redacción está destinada a embellecer el texto y es
muy propia del lenguaje que hallamos en las Escrituras hebreas, pero también en
el modo en que Jesús solía expresarse. Por ejemplo, cuando dice: "Si tu ojo te hace
tropezar (tajshilja) échalo de ti
(tashlijeha)”, (Mateo 18:9)
emplea dos palabras de significado diferente, pero de una lectura muy similar.
Este tipo de redacción no vendría a cuento si el texto fuese simplemente una
traducción del griego o del latín.
En segundo lugar, la
versión griega de Mateo parece en algunos lugares, difícil de comprender,
mientras que el texto hebreo se comprende perfectamente, y además, tampoco
parece lógico que un rabino del siglo XIV mostrase interés en traducir un texto
condenado por los suyos, afanándose también en embellecerlo.
De todos modos,
aunque el relato hebreo fuese una traducción del griego, lo cierto es
que el texto traducido es algo diferente al que hoy en día conocemos, y resulta
coherente deducir que debido a la turbulenta historia de la cristiandad tras la
muerte de los apóstoles, la compilación de Shem Tov difiere del texto actual
porque no incluye las correcciones o las interpolaciones que en los primeros
siglos sufrieron las Escrituras griegas.
Para comprender mejor
el mensaje de las Escrituras, es importante estudiar la procedencia de los
escritos canónicos que han llegado a nosotros, hacerlo forma parte de la
conducta recomendada por Pablo a los discípulos, cuando les dice: “… os ruego hermanos,
que en lo referente a la
Presencia de nuestro señor Jesús y a nuestra reunión con él,
no os dejéis confundir con facilidad ni os desconcertéis por
discursos, por declaraciones presuntamente inspiradas o por
cualquier carta que se haga pasar por nuestra, en la que se diga que el Día
de Yahúh es ya inminente. No os dejéis engañar por ninguno, porque no
puede llegar antes de la apostasía; antes de que se manifieste el hombre de
pecado, el hijo de la destrucción, el opositor que se ensalza sobre cualquier
cosa considerada divina u objeto de reverencia, y que tomando asiento en un
lugar divino, ostenta divinidad”. (2Tesalonicenses
2:1..4)
Y en armonía con esta
advertencia, también el apóstol Pedro dice: “… considerad que la
paciencia de nuestro Señor es para la salvación, cómo también nuestro querido
hermano Pablo os lo escribe, exponiendo estas cosas en todas sus cartas de
acuerdo a la sabiduría que le ha sido concedida. No obstante, hay en ellas
algunas cosas que son difíciles de entender, y cuyo significado tuercen los
ignorantes y los inmaduros, como también hacen con las demás
Escrituras, para su propia destrucción”. (2Pedro
3:15..16)
El
historiador cristiano Eusebio de Cesarea (263-339), heredero de la extensa biblioteca
Pamphilus, donde se conservaba una copia del texto original de Mateo, si no el
texto original mismo, confirma en el capítulo 24 del tercer libro de su “Historia Eclesiástica”, que
Mateo "escribió en hebreo el
Evangelio que lleva su nombre".
Es pues bien sabido
que el evangelio de Mateo fue escrito en hebreo y en griego, y que el texto
hebreo circulaba entre los judío-cristianos. Jerónimo (331-420), autor de la versión
latina de las Escrituras conocida como ‘La Vulgata’, confirma la existencia del
evangelio hebreo de Mateo y declara: "Mateo, que es también
Leví ... compuso un evangelio ... en el idioma y caracteres hebreos ...
Además, el mismo está preservado hasta este día en Cesarea, en la biblioteca tan
diligentemente coleccionada por el mártir Pamphilus". (Catálogo de Escritores
Eclesiásticos)
La
versión hebrea compilada por Shem Tov, procede como la griega, de Mateo, pero
hasta cierto punto es independiente y confirma un hecho
ahora reconocido: los versículos que hoy en día leemos al final del capítulo 28,
no son realmente como el apóstol los redactó.
Estos son los versículos que lo concluyen, y su
traducción:

18 Jesús
se acercó hacia ellos y les dijo: “A mí se me ha entregado todo el poder
en los
cielos y la tierra,
19 vosotros
id a ellos
20 y
cuidad de ellos para que cumplan todas las cosas que he
mandado.
(Estoy) con
vosotros hasta siempre”.
La
versión griega empleada por Eusebio vierte más extensamente estos versículos,
pero sin cambiar en absoluto el sentido del texto hebreo, así, cuando
cita parte del versículo 19 en su Historia
Eclesiástica, (libro 3º, capítulo 5:2), dice: “Poreuthentes
mathêteusate panta ta ethnê en to onomati
mou”, o sea: "Id y haced
discípulos de todas las naciones en el nombre mío”, y cuando lo cita en
su Demostración Evangélica,
(libro 3º, capítulo 6, párrafo 32; y libro 5º, capítulo 26, párrafo
3), escribe: “Id y haced discípulos
de todas las naciones en el nombre mío, enseñándoles a
observar todo lo que yo os he mandado. He aquí que estoy con vosotros
todos los días hasta el final de los tiempos”.
Frederick Cornwallis
Conybeare
(1856 -1924) era un orientalista británico, Miembro del University College de
Oxford, y profesor de Teología en la Universidad de Oxford, dio
testimonio de este hecho y escribió: “De
los testigos patrísticos del texto del Nuevo Testamento, tal como estaba en los
manuscritos griegos alrededor del 300 al 340, ninguno es tan importante como
Eusebio de Cesarea, puesto que vivía en la mayor biblioteca cristiana de la
época, aquella que Orígenes y Pamphilus habían reunido. No es exagerado decir
que la mayor parte de la literatura anterior (al
Concilio de Nicea, celebrado en el año 325) que
logró sobrevivir a Nicea, deriva de esta colección única de manuscritos, situada
en Cesarea…
Por
esto es importante preguntarnos el modo en que Eusebio leía este texto, que cita
una y otra vez en sus obras escritas entre el 300 y el 336, es decir, en sus
extensos comentarios de los Salmos y de Isaías; en su “Demonstratio Evangelica”,
en su “Teofanía”, que se conserva en una versión siríaca antigua, de un códice
de Nitria escrito en el año 411 (que
está) en el Museo Británico, en su famosa "Historia
Eclesiástica" y en su panegírico del emperador Constantino. Tras
una moderada búsqueda en estas obras de Eusebio, he hallado dieciocho
citas de Mateo 28:19, y siempre en la forma siguiente: “19 Id y haced discípulos de todas las naciones en mi
nombre, enseñándoles a observar
todas las cosas que yo os he mandado”. (Zeitschrift fur die neutestamentliche, Wissenschaft, editada
por Erwin Preuschen en Darmstadt in 1901)
La
Versión
del evangelio de Mateo en hebreo se
halla en las siguientes bibliotecas:
Biblioteca Add. No. 26964
Ms. Heb. 28, Biblioteca de Rijksuniveriteit, Leiden
Ms. Mich. 119. Biblioteca Bodeleian, Oxford
Ms. Opp. Add. 4' 72. Biblioteca Bodeleian,
Oxford
Ms. 2426 (Marx 16)
Biblioteca del Seminario Teológico Judío de América, Nueva York.
Ms. 2279
(Marx 18) Biblioteca del Seminario Teológico Judío de América, Nueva
York.
Ms. 2209 (Marx 19) Biblioteca del Seminario Teológico Judío de América,
Nueva York.
Ms. 2234 (Marx 15)
Biblioteca del Seminario Teológico Judío de América, Nueva
York.
Además, la versión
hebrea del evangelio de Mateo compilada por Shem Tov, está disponible previa
solicitud, en la
Mercer University Press, Macon, Georgia ISBN 0-86554-470-0. Y
puede también pedirse a la Century Publishers de
California.