Escrita por hombres
pero mensaje de Dios
1 La Biblia es una recopilación de escritos que transmiten a través del tiempo, la revelación de los designios del
Creador. Comenzó a escribirse hace quince siglos antes de nuestra era y fue
concluida por los discípulos de Jesús, llegando hasta nuestros días
prácticamente intacta, como se ha comprobado mediante los manuscritos que
fueron hallados en Qumram. Sus autores fueron unos cuarenta hombres que no
diferían de otras personas. Uno de ellos, el apóstol Pablo, después de curar a
un enfermo de nacimiento que nunca había podido ponerse en pie, dijo a quienes
creían dioses a él y Bernabé: “… nosotros somos también hombres de vuestra misma
condición, predicadores de la Buena Nueva”. Hechos 14:15
Desde un punto de vista
humano, no todos los escritores de la Biblia eran hombres de erudición o de
habilidades excepcionales, cómo lo fue el rey Salomón, ya que muchos de ellos
eran pastores o pescadores ¿Cómo pudieron pues estos hombres, separados a veces
por cientos de años, producir unos escritos que presentasen consecutiva y
armoniosamente, el desarrollo del propósito de Dios para la humanidad,
prediciendo acontecimientos históricos? La respuesta es que todos escribieron
bajo el impulso del espíritu de Dios, como lo afirma el apóstol Pablo, cuando
refiriéndose a los libros de Moisés y los profetas, afirma que “Toda la Escritura está inspirada por Dios”. 2Timoteo 3:16
2 Muchas personas
dicen aceptar la Biblia como inspirada y sin embargo ¿Cuán fuerte es su
convicción? ¿Soportaría las pruebas? El profeta Jeremías que debía transmitir
severos mensajes de Dios a un Israel apóstata, escribió: “la palabra de Yahúh ha
sido para mí reproche y sarcasmo cada día”. Jeremías 20:8 Bajo el apremio de una fuerte
oposición, incluso las pequeñas dudas con respecto a la inspiración de la Escritura, pueden socavar la confianza y debilitar la integridad de las personas. Solamente
la firme convicción de que los textos bíblicos provienen del espíritu de Dios y
de que respetando sus disposiciones, damos alabanza a su nombre y gozamos de su
protección, puede proporcionarnos la integridad necesaria para rechazar
derroteros de conveniencia y resistir a las presiones de un mundo alejado de
él.
Quienes razonan que la Biblia podría en parte, ser un resultado de las reflexiones de sus escritores, posiblemente
desean una excusa cuando las dificultades se presentan, para justificar su
desobediencia a lo que en ella se dice. Pero con este proceder no solo se
alejan del espíritu de Dios, se alejan también de la expectativa de una vida
perdurable. Por esto y como afirma el dicho, aunque esta actitud sea para hoy
el pan, es hambre para mañana.
Cómo recibieron su información los
escritores de la Biblia
3 El apóstol Pablo
escribió: “En
tiempos pasados, Dios habló a los antepasados muchas veces y de distintas
maneras por medio de los profetas, pero en estos últimos tiempos nos ha hablado
a nosotros, por medio de un hijo a quien ha constituido heredero para siempre
del universo que fue creado para él”. Hebreos 1:1..2
Entre las “distintas maneras” empleadas por Dios
para transmitir sus palabras a los hombres, estuvo la comunicación directa o
por medio de ángeles, como cuando Moisés recibió de Dios los Diez Mandamientos
en dos tablas de piedra, o cuando se le dictaron todas las leyes y
disposiciones del Pacto y se le ordenó: “Pon estas palabras por escrito”. Éxodo 34:27 Esteban,
un fiel discípulo de Cristo que defendía la Buena Nueva con “persuasión
y poder”,
Hechos 6:8 afirma que Dios “transmitió el pacto de la Ley por medio de los ángeles”, Hechos 7:53
pero también los antiguos profetas recibieron de ellos, mensajes precisos de
parte de Dios a través de sueños y visiones, que luego pusieron por escrito,
seleccionando las palabras y expresiones más adecuadas para describir las cosas
que habían visto y oído.
4 Gran parte de los
textos bíblicos consisten en narraciones históricas, relatos de experiencias
personales y familiares y genealogías de tribus y naciones ¿Cómo obtuvieron
esta información los escritores? Algunas veces fueron testigos de los sucesos
registrados, pero con frecuencia, obtuvieron la información de otras fuentes,
como por ejemplo, de los relatos históricos ya existentes, de las genealogías y
de las personas que podían directa o indirectamente, suministrar una
información confiable. Todas estas cosas requerían la investigación cuidadosa
del escritor, sabemos que Esdras, sacerdote y hábil copista, empleó unas veinte
fuentes documentales para compilar sus dos libros de Crónicas, mientras que
Lucas, médico y fiel discípulo de Cristo, afirma en su relato evangélico: “Habiendo investigado todo
diligentemente desde su origen, he decidido escribírtelo ordenadamente”. Lucas 1:3 Sin
embargo, otro material histórico, cómo el de los libros de Job y del Génesis
con respecto a la creación, los primeros acontecimientos o los sucesos y
conversaciones en los cielos y cosas semejantes, pertenecen a la revelación
recibida por Moisés.
5 Los libros de la Biblia también incluyen abundantes consejos y dichos sabios, que sus escritores compusieron
basándose en su propia experiencia y la de otras personas, así como en el
estudio de las Escrituras entonces disponibles. Hay varios ejemplos que
ilustran este hecho; por ejemplo, David declara en su conclusión con respecto
al modo en que Yahúh cuida de sus fieles: “Fui joven y ahora soy viejo, pero no he visto al
justo desamparado ni a sus hijos buscando el pan”. Salmo 37:25 También el rey Salomón,
hijo de David, escribe: “Yo, el Congregador, he reinado sobre Israel en Jerusalén y he
entregado mi corazón a buscar y a indagar con sabiduría, acerca de todo lo que
se ha realizado bajo los cielos. Esta es la compleja tarea que Dios ha
encomendado a los hijos del hombre, para que se empeñen en ella”. Eclesiastés 1:12 Este
rey sabio “impartió
entendimiento al pueblo, meditó, examinó y compuso muchos proverbios”, porque quería “lograr dichos provechosos
y un escrito de rectitud; palabras de verdad”. Eclesiastés 12:9..10
El papel del espíritu de Dios
6 Sin embargo, puesto
que en los libros de la Biblia se necesitó la intervención y la reflexión de
muchos hombres ¿Son las Escrituras solo en parte, la palabra de Dios?
Se afirma en ellas que
el espíritu de Dios estimuló la mente del escritor, impulsándole a expresar el
mensaje inspirado con sus propias palabras; las palabras eran pues del escritor
pero el mensaje era de Dios. Y en realidad, todos los escritores de estos
libros dan testimonio de ello. Por ejemplo, David, escritor de tantos salmos,
declaró: “El
espíritu de Yahúh habló por medio de mí; puso su palabra en mi lengua”. 2Samuel 23:2 La “palabra” de Dios sobre la
lengua de David era un mensaje, una revelación del espíritu, porque el termino
“palabra” se refiere con
frecuencia a un mensaje o comunicación, como cuando Dios le dice a Jeremías: “‘¿No es acaso esta
palabra mía como el fuego’ es la declaración de Yahúh, ‘y como un martillo que
destroza la roca?’” Jeremías 23:29 Aquella “palabra” de Dios, era el mensaje duro e inexorable que
el joven Jeremías tenía que transmitir a Israel, pero no de parte suya ni por
su propia voluntad, si no por la voluntad de Dios. Cansado de hablar sin que le
escuchasen mientras los falsos profetas anunciaban al pueblo la paz y la
prosperidad, Jeremías dice: “Soy la irrisión de cada día, se burlan todos de mí porque
cada vez que hablo, clamo violencia y anuncio destrucción, así la palabra de
Yahúh ha sido para mí reproche y sarcasmo cada día. Entonces dije: ‘no le
recordaré y no volveré a hablar en su nombre’, pero dentro de mí hay como un
fuego consumidor encerrado en mis huesos, estoy rendido y no puedo resistir”. Jeremías 20:7-9
7 En relación a estas
cosas, el apóstol Pedro explica a los discípulos de Cristo: “Nosotros no os hemos dado
a conocer la venida y las poderosas obras de nuestro señor Cristo Jesús, mediante
historias inventadas, pues fuimos personalmente testigos oculares de su
grandeza cuando recibió el honor y la gloria de Dios Padre, porque la voz se
dirigió a él desde la gloria majestuosa, diciendo: ‘Este es mi hijo amado, el
que yo he elegido’, y nosotros que estábamos con él en el monte santo, oímos
esta voz que venía del cielo. Aunque tenemos una confirmación más segura
todavía en la palabra profética y haréis bien en prestarle atención, porque es
como una lámpara que brilla en un lugar oscuro hasta que despunte el día y
resplandezca la luz en vuestros corazones. Pero primero debéis saber que
ninguna profecía de la Escritura proviene de una interpretación personal,
porque ninguna de las profecías vino nunca por la voluntad del hombre, sino
que los hombres hablaron de parte de Dios impulsados por el espíritu santo”. 2Pedro 1:16..21
8 Es cierto que a
menudo los manuscrito que llegaron a formar parte de la Biblia, se escribieron años después de los sucesos descritos, por ejemplo, los relatos del ministerio
de Jesús. Sin embargo, el espíritu de Dios favoreció la realización de un
registro exacto, cómo lo evidencian estas palabras que él dijo a sus
discípulos: “…
el ayudante, el espíritu santo que enviará el Padre en mi nombre, os lo
enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26 Por medio
de la guía de su espíritu en la selección de las cosas que debían ser
conocidas, Yahúh puso una instrucción fidedigna al alcance de quienes en el
futuro deseasen servirle y buscasen su verdad; por este motivo podemos decir
como el apóstol Pablo, que: “todas las cosas que se escribieron, fueron escritas para
nuestra instrucción, para que por medio de la perseverancia y por el consuelo
que proviene de las Escrituras, podamos mantener la esperanza”. Romanos 15:4 Además,
hablando de las cosas sucedidas a los israelitas en los días de Moisés, Pablo
declara: “Recordad
hermanos que todos nuestros antepasados caminaron bajo la nube y atravesaron el
mar, siendo todos bautizados mediante Moisés, en la nube y en el mar. También
se alimentaron todos con el mismo alimento espiritual y bebieron todos de la
misma bebida espiritual, bebiendo de la roca espiritual que les acompañaba y
que representaba al Cristo, pero aún así, la mayoría de ellos no agradaron a Dios
y fueron abatidos en el desierto. Todas estas cosas ocurrieron para servirnos
de ejemplo, de modo que no deseemos cosas dañinas como ellos … puesto que todas
estas cosas les ocurrieron para que sirviesen como ejemplo, y se escribieron
como una advertencia para aquellos de nosotros a quienes les llega el final de
los tiempos”.
1Corintios 10:1..11
Ante las circunstancias
que se les presentaban, los antiguos israelitas reaccionaron en conjunto, de
acuerdo con su propio albedrío y deseos, ignorando los mandatos de Yahúh. Ellos
constituían entonces el pueblo de Dios, por esto, el hecho de que cedieran a
tentaciones cómo la murmuración, la codicia, la idolatría y la fornicación,
añade fuerza a la advertencia que seguidamente nos da el apóstol: “el que crea estar en pie,
que cuide de no caer”. 1Corintios 10:12
Opiniones humanas ¿Con o sin apoyo
divino?
9 Dios ha permitido
que los acontecimientos sigan su curso hasta hoy e inspiró a sus escritores
para que registrasen las cosas que pudiesen ser útiles a quienes quisiesen
saberlas; el modo en que ellos lo hicieron responde frecuentemente a los
objetivos de sus escritos, dando respuesta a ciertas preguntas o aclarando
algunos puntos que podían promover conceptos falsos, como la carta del apóstol
Pablo a la congregación de Tesalónica, cuando algunos pensaban equivocadamente
que el regreso de Cristo estaba para ocurrir. Por este motivo podría parecer
que en algunas ocasiones, expresaron su propia opinión, como cuando el apóstol
Pablo escribe: “En lo que al resto se refiere, digo yo, no el Señor”, y también “para aquellos que no
estén casados, no tengo orden alguna de parte del Señor, y sin embargo, puesto
que estoy en una posición en la que por la misericordia del Señor, soy
considerado digno de confianza, os doy mi parecer ... en mi opinión, ella será
más feliz si permanece viuda, y también yo creo tener el espíritu de Dios”. 1Corintios 7:12, 25,
40
Pablo hizo estas
declaraciones porque no podía citar una enseñanza específica del Señor en
cuanto a los puntos considerados; sin embargo, no hay que olvidar que él
escribía bajo la dirección del espíritu de Dios y que su opinión expresaba lo
que el espíritu le hacía comprender. Este hecho queda confirmado cuando el
apóstol Pedro refrenda las cartas de Pablo y escribe: “… considerad que la
paciencia de nuestro Señor es para la salvación, como también nuestro querido
hermano Pablo os lo escribe, exponiendo estas cosas en todas sus cartas, de
acuerdo a la sabiduría que le ha sido concedida. No obstante, hay en ellas
algunas cosas que son difíciles de entender, y cuyo significado tuercen los
ignorantes y los inmaduros, como también hacen con las demás Escrituras para su
propia destrucción”. 2Pedro 3:15..16
10 Sabemos que todas las
cosas escritas dentro del registro canónico de la Biblia, son en conjunto, la “palabra” o el mensaje de Dios, pero consideremos por ejemplo el libro de
Job; una gran parte de su contenido se dedica a los desacertados juicios
expresados por sus tres amigos. Los razonamientos que hacen, muestran un enfoque
erróneo del motivo de las desgracias que le sucedían a Job, que evidentemente,
no podían provenir de Dios. Aún así, Elifaz expresa sus conclusiones con estas
palabras: “Dios
no confía en sus santos siervos y ni siquiera considera puros los cielos”. Job 15:15 Y Yahúh le
censura más tarde junto a sus compañeros, por sus falsas acusaciones, diciendo:
“Arde mi
cólera contra ti y contra tus dos amigos, porque no habéis dicho de mí lo
justo, cómo mi siervo Job”. Job 42:7 Se comprende pues, que lo sostenido por aquellos
hombres no podía provenir del espíritu de Dios si no de sus propios
pensamientos, pero el escritor del libro de Job sí escribió aquellos argumentos
que forman parte del relato, bajo la guía de Dios, ya que nos ayudan a
identificar y a desmentir teorías equivocadas del por qué permite Dios las
desgracias y la maldad. El libro de Job es en conjunto una palabra o mensaje
inspirado, un escrito que nos hace comprender cuan necesario resulta tener
siempre presente el contexto de las escrituras examinadas, evitando el guiarnos
por la lectura de algunas frases aisladas.
Emplear a hombres para registrar su
palabra revela la sabiduría de Dios
12 El hecho de que Dios
emplease a unos hombres para registrar su “palabra”, evidencia su sabiduría para suministrarnos lo
que esencialmente necesitamos. Él podía haber empleado a los ángeles, pero
¿Hubiese tenido su “palabra” el mismo valor? Ciertamente que los ángeles hubiesen podido
escribir acerca de las magnificas cualidades de Dios y sus designios,
transmitiendo la profundidad de su propio amor y devoción hacia él y el aprecio
que sienten por los dones que disfrutan. Pero, puesto que las Escrituras son
para los hijos de Adán ¿No se nos hubiese hecho difícil comprender un registro
expresado por perfectas criaturas espirituales, cuya experiencia, conocimientos
y sentimientos son superiores a los nuestros? La vida no hubiese podido ser
descrita en su dimensión humana, como nosotros la conocemos. El hecho de que
Yahúh haya transmitido sus mensajes a través de otros hombres, asegura que
tengan el calor y el atractivo que el toque humano puede concederles.
De este modo, la Biblia nos suministra ilustraciones de la vida real presentadas desde una perspectiva humana.
Nos habla de personas que a pesar de conocer la ley de Dios, sucumbieron ante
sus propias debilidades, haciéndose culpables de graves transgresiones; nos
transmite sus palabras de dolor y de arrepentimiento, y sus sentimientos y
reacciones, mostrándonos también, la misericordia qué les fue mostrada.
13 El rey David había
demostrado ser un hombre íntegro a Yahúh, de una fe sobresaliente, pero por
diversas circunstancias llegó a ser víctima de un deseo incorrecto: la
atracción por la esposa de Urías el hitita, permitiendo también que su pasión
creciese hasta el punto de llevársela a su casa, mientras su marido estaba en
la guerra; entonces Betsabé quedó encinta y el castigo provisto en la Ley para el adulterio, significaba la muerte de ambos. Apresuradamente, David hizo retornar a
Urías del frente para que tuviera relaciones con su esposa, pero Urías, en
solidaridad con sus compañeros, que sufrían en la guerra, no entró siquiera en
la casa. Asustado, David se desesperó; solo veía un camino para impedir que
Betsabé y él fuesen desenmascarados y ejecutados. El mismo Urías llevó al
comandante del ejército un mensaje del rey que ordenaba colocarle en el puesto
más arriesgado de la batalla, y después de su muerte en combate, David tomó por
esposa a su viuda. 2Samuel 11:2..27
El profeta Natán le hizo
comprender mediante una parábola, la magnitud del pecado cometido y le preguntó
“¿Por qué
has despreciado la palabra de Yahúh y has llevado a cabo lo que es inicuo a sus
ojos?”.
2Samuel 12:9 David se sintió herido en el corazón y sufrió un profundo dolor
por su pecado, reconociendo ante el profeta: “He pecado contra Yahúh”. 2Samuel 12:13 Ante el
sincero arrepentimiento de David, Yahúh no le desechó como siervo suyo ni le
hizo morir inmediatamente, aunque no le libró del castigo. 2Samuel 12:11..16 Y
agradecido, David declara en uno de sus salmos: “… tú, oh Yahúh, eres un Dios clemente y
compasivo, lento para la ira y grande en amor y veracidad”. Salmo 86:15
14 Por otro lado, se nos
habla de los habitantes de Jerusalén en los días de Jeremías; un pueblo infiel
que no quiso escuchar las repetidas advertencias de su Dios, persistiendo
desafiante en sus prácticas contra la Ley. Después de múltiples avisos y advertencias, llegó el momento en que Yahúh le retiró su protección, dejándolo a merced de
sus enemigos y permitiendo que sufriera una terrible derrota ante el ejército
babilónico. Después rehusó también prestar oído a su desesperada petición de
ayuda, al ver que ni siquiera entonces se habían arrepentido de sus obras. Por
esto escribe el profeta: “Nosotros nos hemos rebelado y hemos sido desleales. Tú no nos
has perdonado;
te has
envuelto en la cólera y nos has perseguido degollándonos sin piedad”. Lamentaciones
3:42..44
Estos episodios de la
vida real y los muchos otros que se relatan en la Escritura, ilustran el modo que Dios tiene de tratar con los hombres, es decir, el modo en
que tratará con nosotros. Sin importar cuan grave sea la transgresión cometida
por sus hijos humanos, debilitados por la imperfección heredada, si la
reconocen ante él y se arrepienten sinceramente, les escucha, acercándose de
nuevo a ellos y perdonando sus errores; sin embargo, los que con orgullo ni los
reconocen ni se arrepienten, no podrán evitar un juicio adverso.
15 Las cosas que se
escribieron en la Biblia, sacan a la luz lo escondido en el corazón de quienes
los leen, por esto dice Pablo que “… la Palabra de Dios es capaz y poderosa, es más
cortante que cualquier espada de doble filo y penetra hasta escindir el alma
del aliento de vida, y las junturas, de sus ligamentos, descubriendo las
razones y las motivaciones del corazón”. Hebreos 4:12
Los que desean hallar en
sus relatos presuntos errores o contradicciones, pueden hacerlo, puesto que no
se presentan en ellos todos los detalles y circunstancias justificantes de los
hechos y se refieren a menudo razonamientos, palabras o acciones, sin expresar
directamente aprobación o desaprobación. Quien quiera, puede pues poner en duda
la justicia y la misericordia de Dios, aunque para hacerlo, tenga que ignorar
voluntariamente todas las cosas fundamentales de las Escrituras. También estas
posibilidades obran en armonía con la voluntad de Dios, de tener por servidores
a quienes verdaderamente le aman y profundizan en el conocimiento de su
palabra, buscando la verdad, mientras reconocen con justicia sus maravillosas
obras y designios en favor del hombre. Dice la Escritura que: “el que no
ama, tampoco puede conocer a Dios, porque Dios es amor”. 1Juan 4:8 Y esto es la verdad, porque sabemos
que: “tanto
amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo unigénito para que todo el que crea en
él no perezca, si no que tenga vida eterna”. Juan 3:16 “Así que no hemos sido nosotros quienes
hemos amado a Dios, ha sido él quien nos ha amado a nosotros, demostrándonos su
amor al enviar a su Hijo como sacrificio expiatorio por nuestros pecados”. 1Juan 4:10
16 Cuando se nos
presenta en la narración, una actuación de gran dureza, recordemos en primer
lugar, que cómo dice Pablo, Dios “desea que todos los hombres sean salvados”, 1Timoteo 2:4 y que la
tierra llegue a ser para ellos, un paraíso. Isaías escribió unos setecientos
años antes del nacimiento de Jesús: “Yahúh dice: ‘¡Mira! Voy a crear unos cielos
nuevos y una tierra nueva, los anteriores ya no serán mencionados ni acudirán a
la memoria, y los que crearé traerán alegría y regocijo para siempre, porque
haré de Jerusalén ‘Regocijo’ y de su pueblo ‘Alegría’, y yo me regocijaré por
Jerusalén y me alegraré por mi pueblo, y jamás se oirán allí ni lloros ni
lamentos”.
Isaías 65:17..19 En aquel día, los hombres “… edificarán casas y morarán en ellas; plantarán
viñas, y comerán su fruto. No edificarán y otro morará, ni plantarán y otro
comerá; porque cómo los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis
escogidos perpetuarán las obras de sus manos … y ocurrirá que antes de que pidan,
yo les responderé, y mientras ellos estén hablando, yo ya les habré escuchado”. Isaías 65:21..24
No podemos conocer todos
los detalles y razones de las actuaciones de Dios, pero sabemos que la
injusticia del mundo se debe a la maldad de los hombres y tenemos que poner fe
en que la única justicia verdadera es la suya, por esto confiamos en ella,
comprendiendo que consiste en la única esperanza que existe para la humanidad.
17 Es normal, de todos
modos, que la Biblia contenga aparentes contradicciones y pequeñas diferencias
en los relatos acerca de su ministerio terrestre, puesto que los evangelios
fueron escritos por cuatro hombres. De tres de ellos conocemos la profesión;
uno fue médico, otro, recaudador de impuestos y el tercero, pescador. De Marcos
sabemos poco, solo que era discípulo y sobrino de Bernabé, y que se cree que
puso por escrito el evangelio del apóstol Pedro. Dios no les dictó
exactamente las cosas que debían seleccionar y escribir, solamente les guió
mediante su espíritu, para certificar la fidelidad de su registro, pero cada
cual escribió las cosas tal como las recordaba o como se las habían explicado
los testigos presenciales. Podían haber escrito muchas cosas más, porque cómo
el apóstol Juan dice: “Jesús hizo muchas otras señales milagrosas en presencia de sus
discípulos, que no están registradas en este libro”. Juan 20:30 Y
confirma: “Hay
además otras muchas cosas que Jesús hizo. Si se escribiesen una por una, pienso
que ni todo el mundo bastaría para contener los libros escritos”. Juan 21:25
La verdad es que los
relatos de los Evangelios, aunque condensados, no solo no se contradicen sino
que se complementan unos a otros, ayudándonos a obtener una visión más amplia
de los acontecimientos. Y por otro lado, las variaciones que puedan hallarse,
suministran una prueba más de su autenticidad, demostrando que no hubo entre
los escritores una confabulación para falsear los hechos. Así pues, una
evaluación ecuánime de las cuatro versiones, nos muestra que “han sido escritas para
que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis
vida en su nombre”. Juan 20:31
¿Se ha transmitido fielmente el mensaje
de Dios?
18 Los manuscritos
originales de los cuatro Evangelios no han llegado hasta nosotros, aunque hace
unos años, se anunció el hallazgo de un pequeño fragmento del evangelio de
Marco, datado por los papirólogos en el primer siglo. De todos modos, los
manuscritos originales perecieron hace mucho tiempo, deteriorados seguramente
por el uso o los efectos del tiempo ¿Cómo podemos por tanto estar seguros
después de tantos siglos, de que los evangelios no han sido alterados?
Verdaderamente, existen en las versiones que nos han llegado, unas pocas
interpolaciones, incluso muy tempranas, realizadas por los copistas y destinadas
a dar apoyo a las nuevas doctrinas adoptadas por la iglesia, sin embargo, han
sido fácilmente identificadas por los estudiosos, por contrastar con el
contexto y sobre todo, con la enseñanza apostólica.
Aparte de esto, la Biblia misma llama la atención a la cualidad duradera de la “palabra” de Dios. En Isaías 40:8 leemos: “La hierba se seca y la
flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre”, y para que esta
palabra pueda ser aplicada, se hace necesario que permanezca libre de
alteraciones. Pero ¿Hay evidencia de que la “palabra” de Dios ha permanecido fidedigna?
¡Ciertamente!
Muchos copistas o
amanuenses de las Escrituras Hebreas, no solo contaban el número de las
palabras, también el de las letras que copiaban. Siempre que hallaban el más
leve error, por ejemplo, una sola letra mal escrita, cortaban la entera sección
y la remplazaban por una sección nueva. Los copistas tenían por costumbre leer
en voz alta cada una de las palabras antes de ponerla por escrito y el escribir
de memoria siquiera una sola palabra, se consideraba un grave pecado. Y también
los copistas de los evangelios y de los escritos apostólicos efectuaron un
meticuloso trabajo, a pesar de que muchos de ellos no eran profesionales.
Gracias a esto, cometieron en la traducción muy pocos errores, que en realidad
no afectan al mensaje que transmiten.
19 Estudios comparativos
de miles de manuscritos bíblicos antiguos, incluso de algunos que tienen
alrededor de 2.000 años, revelan que los textos ha sido transmitidos con
exactitud. Del texto de las Escrituras Hebreas, el doctor W. H. Green en
General Introduction to the Old Testament, the Text, (Introducción general al
Antiguo Testamento, el texto) escribe: “Se puede decir con seguridad que ninguna otra
obra de la antigüedad se ha transmitido con tanta exactitud”. El conocido erudito
sir Frederic Kenyon, declaró en la introducción a su comentario sobre los
Papiros bíblicos Chester Beatty: “El primer y más importante resultado que se
obtiene de examinarlos (los Papiros) es la satisfactoria conclusión de que confirman la solidez
esencial de los textos existentes. No se muestra ninguna variación sorprendente
o fundamental ya sea en el Antiguo o el Nuevo Testamento. No hay omisiones o
adiciones importantes de pasajes, y ninguna variación que afecte hechos o
doctrinas vitales. Las variaciones del texto afectan asuntos leves, como el
orden de las palabras o las palabras exactas que se usan … Pero su importancia
esencial es su confirmación, por la evidencia de una fecha más temprana de la
que estuvo disponible hasta ahora, de la integridad de nuestros textos
existentes”.
Y comenta también en su libro The Bible and Archaeology: “El intervalo, pues,
entre las fechas de su composición original y la más temprana evidencia
existente, llega a ser tan pequeño que de hecho, es insignificante y el último
soporte a la duda que las Escrituras hayan llegado a nosotros sustancialmente
como fueron escritas, ahora ha sido eliminado. Tanto la autenticidad como la
integridad general de los libros del Nuevo Testamento, pueden considerarse
finalmente establecidas”.
20 La palabra
transmitida por Dios a los hombres bajo la guía de su espíritu, ha llegado pues
de manera confiable hasta hoy, y su protección no ha carecido de objetivo, ya
que su integridad permite que su mensaje pueda proporcionar a los que en todo
tiempo lo acepten como procedente de Dios, la misma profunda emoción que
sintieron los antiguos fieles, cuando los profetas y los discípulos de Jesús lo
pusieron por escrito. Así, estas palabras que el apóstol Pablo dirigió a los
discípulos de Tesalónica, también pueden aplicarse hoy en día a sus discípulos:
“Damos
siempre las gracias a Dios, porque su Palabra, que vosotros habéis escuchado a
través nuestro, no la recibisteis como si fuese la palabra de unos hombres, si
no como lo que en realidad es, la Palabra de Dios que ahora está obrando en
vosotros los que tenéis fe”. 1Tesalonicenses 2:13