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Se Abrieron las Tumbas

Mateo 27:52..53

 

  En algunas traducciones de las Escrituras leemos que cuando Jesús murió,se abrieron los sepulcros y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y salidos de los sepulcros, después de su resurrección, vinieron a la santa ciudad, y se aparecieron a muchos. Mientras que otras dicen: “Y las tumbas conmemorativas se abrieron y muchos cuerpos de los santos que se habían dormido fueron levantados (y algunas personas, saliendo de entre las tumbas conmemorativas después que él fue levantado, entraron en la ciudad santa), y se hicieron visibles a mucha gente”. (Mateo 27:52, 53) Pero en realidad ¿Es esto lo que Mateo escribe?

  Jesús no fue resucitado hasta el tercer día después de su muerte y Mateo está hablando del momento mismo en que muere. En el momento en que Jesús murió hubo un gran terremoto que sacudió el monte y fragmentó la masa de roca. La fractura de las rocas y la sacudida de la tierra que cubría los cuerpos enterrados, desplazó los cadáveres hacia la superficie y quedaron expuestos sobre el suelo. Este suceso que ocurrió entonces, se asemeja a otro más reciente sucedido el año 1962 en Sonsón, Colombia, cuando por causa de un violento temblor de tierra, unos 200 cadáveres fueron arrojados a la superficie y quedaron esparcidos por el suelo. (“El Tiempo”, Bogotá (Colombia), 31 de julio de 1962)

 

  El modo en que este relato de Mateo se traduce, ha causado desconcierto y polémica, ya que puede dar a entender, y hay quien lo afirma así, que tuvo lugar una resurrección a la vida de algunos hombres justos que habían muerto. Sin embargo, una traducción independiente y cuidadosa, demuestra que estos versículos no hablan de un resurgir a la vida sino de un salir los cadáveres a la superficie. La palabra que se traduce como resurrección, no significa explícitamente un resurgir a la vida, más bien significa subir o sacar fuera, además, el traductor confunde la palabra griega “αὐτοῦ” o “autou”, que significa “este lugar”, con la muy similar “αὐτόν o “auton”, “uno mismo” o “solo”. (The Analytical Greek Lexicon, Samuel Baxter and Sons Limited, London. Y Dictionaire Grec Français. A. Bailly. Paris) La traducción correcta de estas palabras facilita la comprensión de estos versículos.

  Pues bien, esta es la traducción palabra por palabra:

 

52

καὶ    τὰ    μνημεῖα   ἀνεῴχθησαν    καὶ    πολλὰ     σώματα     τῶν

 Y     las     tumbas    se abrieron      y     muchos    cuerpos   de los

 

         κεκοιμημένων                   ἁγίων                     ἠγέρθησαν,

que dormían en la muerte     los dignos   fueron desplazados hacia arriba

 

53     

καὶ         ἐξελθόντες                ἐκ       τῶν        μνημείων,     μετὰ          τὴν

 y      fueron  esparcidos     fuera    de las      tumbas,     después     los

 

   ἔγερσιν          αὐτοῦ              εἰσῆλθον     εἰς   τὴν

 que salían    de aquel sitio    entraron       en    la

    

ἁγίαν    πόλιν     καὶ         ἐνεφανίσθησαν        πολλοῖς.

santa    ciudad     y      lo dieron a conocer    a muchos

 

Para comprender el verdadero sentido de lo acontecido, es importante colocar estos dos versículos dentro del contexto del relato, aunque sea en un corto resumen como este:

27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al Pretorio junto con la multitud

31 después de que se burlasen de él, le despojaron del manto, le vistieron con sus propias ropas y le llevaron a la crucifixión…

46 Hacia la hora nona, Jesús clamó con voz fuerte y dijo: “Eli, Eli, lima sabachthani?”

47 algunos de los que permanecían allí, al oírle dijeron: “A Elías llama este hombre”…

49 el resto dijeron: “Deja, veamos si Elías viene a salvarle”

50 y Jesús clamó de nuevo con voz fuerte y entregó el espíritu.

51 Y he aquí que la cortina del Templo se rasgó en dos de arriba abajo, la tierra tembló, la masa rocosa se rompió

52 y las tumbas se abrieron, y muchos cuerpos de los que dormían en la muerte, los dignos, se desplazaron hacia arriba, (Aquellos considerados indignos eran arrojados al vertedero del valle del Gehena, donde eran quemados)

53 y fueron esparcidos fuera de las tumbas. Después, los que salían de aquel lugar entraron en la Ciudad Santa e informaron a muchos.

  Las personas que habían permanecido en el Gólgota, como los soldados romanos y muchos espectadores, así como algunos familiares y discípulos de Jesús, entraron en Jerusalén para explicar las cosas sucedidas tras su muerte, e informaron de lo que había sucedido con los cadáveres.

 

  Tal vez algunos podrían asociar las cosas que en aquel momento sucedieron a estas palabras de Jesús: “En verdad, en verdad os digo: Llega la hora, ya estamos en ella, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo, y le ha dado autoridad para juzgar, porque es un hijo del hombre. No os maravilléis de esto, porque llega la hora en que todos los que estén en las tumbas oirán su voz y saldrán, los que hayan obrado bien para una resurrección de vida, (No para morir al cabo de algunos años) y los que lo hayan echo mal, para una resurrección de juicio”. (Juan 5:25-29)

  Sin embargo es evidente que Jesús se refería aquí a la resurrección del último día. Cuando Jesús habla de los muertos, se refiere a la humanidad entera, porque vivir durante unos cuantos años para después morir y desaparecer, no significa para Dios tener vida. por esto Dios envió a los hombres un redentor que pusiese al alcance de los hombres una vida sin muerte, y también por esto Jesús, habló a uno de sus discípulos de esta manera, le dijo: “Sígueme”, y cuando le respondió: “Déjame ir primero a enterrar a mi padre”, le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios”. (Lucas 9:5960)